Comprendo, al cuerpo denso en vida, al movimiento denso en silencio. Y cuando hablo del cuerpo, dejo interpretar que se mide en coherentes problemas minúsculos como chicles de colores fuertes que acabarían produciendo cierta cantidad de caries.
Hablo de cantidad, de la consecuencia de las sumas malignas que acabaron con mi estomago a los doce, y luego a los seis, para convertirme luego en enfermera enferma de varios pacientes y recuperar algunos de ellos de terribles hepatitis a los nueve. Tuve que enfrentar la causa de amar a una sola persona. Tuve que sentirme una pervertida cuando descifré mi amor por las personas. Y ahora tengo que retener mi corazón loco que pretende usar cada pastilla y cada sonrisa a la vista. Que esta a un paso siempre de la simpatía y a un paso firme de la autodestrucción y el llanto enfermizo. Simpatía, apatía. Pesarlas equivale a los mismos minúsculos crecientes problemas que decrecen y crecen en todo momento matemático idiota.
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Bri
ResponderEliminarllan
te,
Nadia.