domingo, 26 de septiembre de 2010
Feliz cambio para mí
She va a matar.
Vamos que estas palabras que tanto se burlan de la poca conexión con lo que va a escribirse, son, a las que mas consideración les tengo. Entonces me dan vuelta como humano. De adentro hacia fuera, de mi, hacia los costados. Como las horas consecutivas y ciertas. De la noche a la muerte, de la muerte al día. Explotando hacia todos lados con un cólera de situaciones desagradables hacia lo irracional y bestial. Salvaje como un cerdo, asqueroso como el hígado de un enfermo, siendo yo, dientes apretados con pies de canguro con rabia.
La noche gozo con placer hasta que la muerte (o madrugada) le escupió las ganas de dormir, para devolverle desde lo oculto unas ganas de ser agua, para poder llorar lo que restaría del día tormentoso y violento.
Nadie ahora, quisiera discutir si esto fue inicio de lo que esperábamos, o nos aseguramos saber. A nadie le importa saber si fue predispuesto, un presupuesto, o claramente previsible y predecible, porque esto no acontece, no es el acto. Y yo ahora, soy el acto que avanza embalado y sucio.
viernes, 17 de septiembre de 2010
martes, 14 de septiembre de 2010
Viaje sobre los trenes sin tierra.
Caída mía, atraviesa el lazo del estomago, el lienzo del jugo acido. La no espera, la no si espera, el posible asesino, el viento alentador de jugos, la hermosa no caída.
Se derrite la vida y de cera es el cuerpo que se amolda en el fondo del cielo. Quemado, reconstruido y a veces, algo lluvioso, desenfrenado con ganas de matar con dulzura.
Enamorada del oxigeno, enamorada del tiempo destruido que construye aire sin apuros.
Así te encuentro, así caigo con todos, como última y única vez, como cuando hay líquidos en el cielo y también en mi panza, donde todos se encuentran largamente conformes con lo que se siente y se espera, nadando libres, creando formas adorables de nacerte. Nacerán flotando hacia las nubes, como animales que no conocen, pero que presienten con profundo encanto de enfermos de la creación.
En un viaje sin fármacos, con una visión de narcótico en el centro de tu mundo mío, con mi naturaleza de enferma en el medio de la unión de todo, lamiendo el alma de la tierra, besando el orgasmo del mar, abrazando el amor de las imágenes en mi cabeza, abrazándote debajo del universo, al costado donde realidad no puede vernos con su ojo ciego.
Es nuestro.
Estoy con vos en el centro de todo lo que no esperamos y es esto que tenemos.
Esa misma noche de septiembre.
Se derrite la vida y de cera es el cuerpo que se amolda en el fondo del cielo. Quemado, reconstruido y a veces, algo lluvioso, desenfrenado con ganas de matar con dulzura.
Enamorada del oxigeno, enamorada del tiempo destruido que construye aire sin apuros.
Así te encuentro, así caigo con todos, como última y única vez, como cuando hay líquidos en el cielo y también en mi panza, donde todos se encuentran largamente conformes con lo que se siente y se espera, nadando libres, creando formas adorables de nacerte. Nacerán flotando hacia las nubes, como animales que no conocen, pero que presienten con profundo encanto de enfermos de la creación.
En un viaje sin fármacos, con una visión de narcótico en el centro de tu mundo mío, con mi naturaleza de enferma en el medio de la unión de todo, lamiendo el alma de la tierra, besando el orgasmo del mar, abrazando el amor de las imágenes en mi cabeza, abrazándote debajo del universo, al costado donde realidad no puede vernos con su ojo ciego.
Es nuestro.
Estoy con vos en el centro de todo lo que no esperamos y es esto que tenemos.
Esa misma noche de septiembre.
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